Fredy era un gato solitario que apareció en un descampado. Siempre iba detrás de la gente que paseaba con su perro. Las perseguía a diario croqueteando para llamar la atención.
Finalmente una noche se logro capturar y le llevar al refugio para castrar y testar.
La mala suerte quiso que fuese positivo a inmunodeficiencia, pero eso no le impidió ser un gato feliz y cariñoso.
Estuvo en una casa de acogida y fue adoptado. Pero La familia que le adoptó a pesar de que intentó hacer todo lo posible por su adaptación, otro gatito de la casa no logró aceptarle. Incluso pidieron ayuda a profesionales. Pero después de seis meses, Fredy volvió a su casa de acogida, y esta deseando que alguien se enamore de él y le dé todo su amor.